Uno sabe cuando empieza la violencia, pero no cómo ni cuándo termina...
El Estado cuenta con el cuarto componente de la FANB, la Guardia Nacional, y con la Policía Nacional Bolivariana como las fuerzas para imponer el orden dentro de la Constitución y las leyes. Usar a colectivos civiles armados como acompañantes de las fuerzas del orden, para imponer el miedo y el silencio en la población, además de ser una ilegalidad, puede ser el detonante de hechos anárquicos y violentos que se sabe cuando empiezan pero no cómo ni cuándo terminan.
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