Adiós al gran caballero de la radio
El farmaceuta y hombre de radio, prensa y televisión falleció ayer
Como un caballero medieval, no se dejó vencer fácilmente. Así que el locutor, escritor, columnista y, sobre todo, hombre de radio, se animaba a ratos a compartir desde hace meses algún comentario con sus fieles radioescuchas pese a haber sido marcado con un letal diagnóstico médico y a estar obligado a guardar reposo en casa.
No, no se dejó vencer fácilmente. Pero el cáncer terminó por ganarle ayer la guerra a una de las voces más importantes de la historia de la radio venezolana: la de Pedro Penzini Fleury.
Farmaceuta de profesión, su mayor inquietud fue sin embargo la prensa escrita, luego la televisión y finalmente la radio. "Quería escribir en prensa, motivado por mi ferviente inclinación hacia los medios de comunicación, a poder transmitir a los demás lo que pienso que deberían disfrutar y aprender", llegó a decir en una ocasión.
Así que comenzó a escribir de deportes en el diario EL NACIONAL y terminó convertido en el director del periódico durante diez años.
La televisión tampoco se le resistió y junto a Rosana Ordóñez condujo el espacio matutino LO DE HOY. Mientras que la radio -o mejor, el Circuito Unión Radio- definitivamente lo conquistó. Sin olvidar nunca, su profesión: de hecho formó parte de la Cámara Venezolana de la Industria Farmacéutica durante quince años.
"Estuve ocho meses sin clientes, pero la constancia y el placer de hacer lo que me gustaba me ayudaron a perseverar", dijo Penzini Fleury a un periodista dePRODUCTO acerca de su ingreso a 99.9 FM, emisora que convirtió en su casa hasta el año pasado, cuando el cáncer de médula lo apartó de su pasión.
Famosa fue, en los últimos años, la dupla que protagonizó Pedro Penzini Fleury en la radio junto con Marta Colomina, con quien sostenía de lunes a viernes un diálogo, franco, honesto, crítico, pero sobre todo muy tenso.
Eran tiempos de gran crispación política en Venezuela y mientras Colomina prefería situarse en la orilla crítica hacia cualquier medida gubernamental, Pedro Penzini intentaba mantenerse ecuánime, calmado, en la línea del medio.
"A veces es un monólogo, ella no me deja hablar, y otros días nos caemos a gritos los dos", comentó Penzini Fleury, entre risas, en una entrevista acerca de la dupla. Pero no fue la única dupla famosa -y exitosa, hay que decirlo, no solo por el número de oyentes, sino también por el número de anunciantes que siempre se disputaron un espacio en su programa- que haría Pedro Penzini frente a los micrófonos.
Con uno de sus cuatro hijos, Pedro Penzini López, se daría a la tarea años más tarde de acercar a los oyentes a uno de sus temas dilectos: las múltiples aristas de la economía. Podía hablar él con propiedad acerca de los movimientos bursátiles, los vaivenes de las monedas internacionales y el precio del petróleo, pero siempre intentando traducir la información a un lenguaje sencillo, que pudiera ser entendido por sus escuchas habituales, que se contaban por miles.
Comentarios que, además, le gustaba mezclar con los resultados del beisbol profesional -era un fanático redomado de Los Tiburones de La Guaira, pero bastante que disfrutó con los Leones del Caracas-, así como de la Fórmula Uno.
"En las Grandes Ligas siempre apoyaba a los equipos que contaban con jugadores venezolanos. Pero era totalmente antiyanqui", cuenta la periodista Mari Montes. "Nosotros disfrutamos mucho la pasada temporada de beisbol cuando los Leones del Caracas se convirtieron en campeones. Sí, era un completo enamorado del beisbol y de sus hazañas. ¡Qué triste que ya no esté aquí!", agrega Montes, quien asegura que no hay otros adjetivos mejores para describir a Penzini Fleury que "caballero", "amigo", "compañero" y "amable".
Un gran compañero de trabajo. Pero sobre todo un gran profesional. Es lo que dice el periodista Ramón Pasquier, quien a pesar de saber que el desenlace estaba cerca siempre pensó en él como un hombre de fortaleza de hierro y buena salud.
"Para nosotros siempre fue un hombre de buena salud. Pero de pronto vimos cómo fue decayendo. Es muy difícil pensar que ya no va a estar", apunta Pasquier.
"Amante del buen vivir, le apostó a la vida y a la creencia de que cada día se podía ser mejor", dijo ayer César Miguel Rondón. "Desde ya, le extrañamos", sentenció.
No, no se dejó vencer fácilmente. Pero el cáncer terminó por ganarle ayer la guerra a una de las voces más importantes de la historia de la radio venezolana: la de Pedro Penzini Fleury.
Farmaceuta de profesión, su mayor inquietud fue sin embargo la prensa escrita, luego la televisión y finalmente la radio. "Quería escribir en prensa, motivado por mi ferviente inclinación hacia los medios de comunicación, a poder transmitir a los demás lo que pienso que deberían disfrutar y aprender", llegó a decir en una ocasión.
Así que comenzó a escribir de deportes en el diario EL NACIONAL y terminó convertido en el director del periódico durante diez años.
La televisión tampoco se le resistió y junto a Rosana Ordóñez condujo el espacio matutino LO DE HOY. Mientras que la radio -o mejor, el Circuito Unión Radio- definitivamente lo conquistó. Sin olvidar nunca, su profesión: de hecho formó parte de la Cámara Venezolana de la Industria Farmacéutica durante quince años.
"Estuve ocho meses sin clientes, pero la constancia y el placer de hacer lo que me gustaba me ayudaron a perseverar", dijo Penzini Fleury a un periodista dePRODUCTO acerca de su ingreso a 99.9 FM, emisora que convirtió en su casa hasta el año pasado, cuando el cáncer de médula lo apartó de su pasión.
Famosa fue, en los últimos años, la dupla que protagonizó Pedro Penzini Fleury en la radio junto con Marta Colomina, con quien sostenía de lunes a viernes un diálogo, franco, honesto, crítico, pero sobre todo muy tenso.
Eran tiempos de gran crispación política en Venezuela y mientras Colomina prefería situarse en la orilla crítica hacia cualquier medida gubernamental, Pedro Penzini intentaba mantenerse ecuánime, calmado, en la línea del medio.
"A veces es un monólogo, ella no me deja hablar, y otros días nos caemos a gritos los dos", comentó Penzini Fleury, entre risas, en una entrevista acerca de la dupla. Pero no fue la única dupla famosa -y exitosa, hay que decirlo, no solo por el número de oyentes, sino también por el número de anunciantes que siempre se disputaron un espacio en su programa- que haría Pedro Penzini frente a los micrófonos.
Con uno de sus cuatro hijos, Pedro Penzini López, se daría a la tarea años más tarde de acercar a los oyentes a uno de sus temas dilectos: las múltiples aristas de la economía. Podía hablar él con propiedad acerca de los movimientos bursátiles, los vaivenes de las monedas internacionales y el precio del petróleo, pero siempre intentando traducir la información a un lenguaje sencillo, que pudiera ser entendido por sus escuchas habituales, que se contaban por miles.
Comentarios que, además, le gustaba mezclar con los resultados del beisbol profesional -era un fanático redomado de Los Tiburones de La Guaira, pero bastante que disfrutó con los Leones del Caracas-, así como de la Fórmula Uno.
"En las Grandes Ligas siempre apoyaba a los equipos que contaban con jugadores venezolanos. Pero era totalmente antiyanqui", cuenta la periodista Mari Montes. "Nosotros disfrutamos mucho la pasada temporada de beisbol cuando los Leones del Caracas se convirtieron en campeones. Sí, era un completo enamorado del beisbol y de sus hazañas. ¡Qué triste que ya no esté aquí!", agrega Montes, quien asegura que no hay otros adjetivos mejores para describir a Penzini Fleury que "caballero", "amigo", "compañero" y "amable".
Un gran compañero de trabajo. Pero sobre todo un gran profesional. Es lo que dice el periodista Ramón Pasquier, quien a pesar de saber que el desenlace estaba cerca siempre pensó en él como un hombre de fortaleza de hierro y buena salud.
"Para nosotros siempre fue un hombre de buena salud. Pero de pronto vimos cómo fue decayendo. Es muy difícil pensar que ya no va a estar", apunta Pasquier.
"Amante del buen vivir, le apostó a la vida y a la creencia de que cada día se podía ser mejor", dijo ayer César Miguel Rondón. "Desde ya, le extrañamos", sentenció.
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