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miércoles, 24 de octubre de 2012

El cambur #Maduro - Opinión - EL UNIVERSAL

De esta especia vicepresidencial de Súper Mario Bros criollo, quizás lo que más llama la atención es su aparente carácter afable

escalar de tal manera entre tantas alimañas, requiere de algún talento, para bien o para mal

 la gigantesca diferencia que significa que un civil, y no un militar, tome las riendas del país, por más chanchullero que pueda ser el primero.

El cambur Maduro 

MIGUEL E. WEIL DI MIELE

Opinión - EL UNIVERSAL

miércoles 24 de octubre de 2012  

Lo llamamos cambur, y no banana o plátano como en casi todos los demás países. Verde enfurruña la boca; podrido se llena de jejenes; Maduro, sirve para comer crudo, hacer tortas, jugos, banana splits o en rodajitas para el conflei. También sirve para ser de Vicepresidente y Canciller a la vez. Las demostraciones de indignación que por allí pulularon ante el nombramiento de quien se ha consagrado como el segundo hombre más poderoso después del vetustísimo, no dejan de llamar la atención. Sobre todo cuando son pregonadas por aquellos que se suponen enterados y partícipes del acontecer nacional. No es que defendamos la nefasta burocracia bolivariana y la carencia de profesionalidad que le caracteriza. Es obvio que si algún cambio es necesario es el de un sistema funcionarial de carrera eficiente y en el que rijan los méritos. Pero no todos lo puestos son iguales.

A los idiotas con título que saltaron por todos lados se les olvidó un detalle fundamental. Lo de Nicolás no es una aplicación a Harvard ni para formar parte de la academia, sino el puesto de mayor confianza para el Presidente de la República, que aunado al ministerio que ya posee y mantiene, lo catapultan a lo más alto de la cúspide bolivariana del poder. Nuestra atención debería sortear la necedad pseudo clasista que tanto daño ha hecho, y que tanto sigue favoreciendo a quien se perpetúa en el poder, y dirigirse a los senderos surcados por el bigotón para llegar a semejante posición. Pues escalar de tal manera entre tantas alimañas, requiere de algún talento, para bien o para mal.

Quizás Maduro sea pieza clave para una transición, y menospreciarle por su carencias son ganas de jurungar lo innecesario en desdén de las obvias astucias que lo han hecho llegar hasta allí, por delante de tanto militar poderoso, zorros viejos y aguerridos fanáticos a ultranza. Quizás no lo sea nada y termine siendo el peor de todos los déspotas y continúe con la corrupción y defenestración de todo lo republicano (opción más probable). Pero si algo ha demostrado la historia, es la gigantesca diferencia que significa que un civil, y no un militar, tome las riendas del país, por más chanchullero que pueda ser el primero.

De esta especia vicepresidencial de Súper Mario Bros criollo, quizás lo que más llama la atención es su aparente carácter afable. Mientras Diosdado latiguea sin compasión en la Asamblea Nacional a quien se le medio atraviese, y se ha impuesto como teniente y como pran en cuanto Ministerio ha conducido, incluida por supuesto, la dirección de Conatel, Maduro ha tenido que bajar la cabeza en aquél complicadísimo mundo de la diplomacia, en el que no se puede andar mentando madres, ni apagar micrófonos, ni mandar a callar (excepto por el Rey de España, que está chochito ya), sin sufrir de alguna manera las consecuencias de impertinencias semejantes. Desde ganarse a los hermanos Castro hasta sentarse con su propia antítesis pura, Doña Holguín allá en Colombia, Maduro ha sido capaz de manejar aquello con la suficiente capacidad como para no ser eyectado como corcho de champán. Quizás Maduro, es el más maduro, y sirve es así, como el cambur. Quizás no. Esperemos que cuando toque, se preste a lo que hará falta, haga honor al significado del apellido, a pesar del perenne y malicioso cambureo.

miguelwd@yahoo.com
@weilmiguel
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