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miércoles, 1 de julio de 2009

HONDURAS ROMPE PARADIGMA EN AMERICA LATINA ...

Excelente articulo escrito por Margarita Montes egresada del Instituto
Politico de Estudios Internacionales de la Universidad Francisco Marroquin
en Costa Rica.

HONDURAS ROMPE PARADIGMA EN AMERICA LATINA

La remoción del Presidente José Manuel Zelaya Rosales por parte de las
Fuerzas Armadas en la madrugada de ayer domingo 28 de junio, rompe
paradigmas de la historia política contemporánea de América Latina. Por
primera vez en la era de la post Guerra Fría (desde 1989 hasta la fecha), un
ejército depone un Presidente constitucional y democráticamente electo, para
restaurar el Estado de Derecho, y no para romper el Estado de Derecho en un
país, como era característico de los militares en épocas anteriores.
Este caso no se puede catalogar como un "golpe de Estado", ya que no cumple
con dos rasgos fundamentales de dicho fenómeno político: toma del poder por
parte del estamento militar y quebrantamiento del Estado de Derecho. La
acción tomada por las Fuerzas Armadas de Honduras fue basada en una orden
judicial y su propósito fue restablecer el Imperio de la Ley (rule of law),
el cual estaba siendo violentado consistentemente por el propio Presidente
del Poder Ejecutivo, al desconocer las disposiciones del Poder Judicial y
del Poder Legislativo (checks and balances). Luego de la intervención de las
Fuerzas Armadas, la Constitución Política sigue vigente ya que se respetó
plenamente la sucesión de poder establecida por la Carta Magna, con lo cual
se nombra un nuevo Presidente Constitucional.
Y es que desde el punto de vista de la politología, Honduras sentó ayer un
precedente, el cual sin duda pasará a ser un caso de estudio de
universidades, diplomáticos y políticos alrededor del mundo.. Por primera
vez en Latinoamérica, el pueblo se rebela, sin derramamiento de sangre y sin
violencia, contra un Presidente constitucional y democráticamente electo,
por violar disposiciones legales y la institucionalidad vigente en el país.
Por eso es que la prensa internacional, los organismos internacionales y
gobiernos alrededor del mundo, no han comprendido aún el contexto y la
esencia de este caso, y están condenando lo que ha sucedido en Honduras,
pues lo están analizando en base a conceptos propios del viejo paradigma de
los golpes de Estado durante la época de la Guerra Fría. La comunidad
internacional, pública y privada, aún no ha tenido el tiempo, ni los
elementos, para percatarse que en Honduras ayer se rompió un modelo y que se
trata de un caso completamente sui géneris.
La lección que dio Honduras al mundo ayer es clara: aunque un Presidente
haya sido electo democrática y legítimamente, no tiene derecho a desobedecer
la Constitución y las leyes de la República. Los pueblos ya no están
dispuestos a tolerar ese tipo de abusos de poder de los Presidentes
constitucionales, que muchas veces se consideran intocables, por el mismo
hecho de haber sido electos por el pueblo. El mensaje de Honduras es simple:
el voto popular no incluye una licencia para delinquir, y todo esfuerzo para
gobernar por el bien común debe estar dentro del marco de la ley.
Probablemente, tampoco los hondureños se han dado cuenta de la magnitud de
lo que hicieron ayer. Con el paso de los días, los meses y años irán
asimilando y comprendiendo la dimensión del nuevo paradigma que han sentado,
con un rotundo mensaje para propios y extraños sobre lo que le depara a los
dictadores constitucionales y a sus aprendices tropicales. El que tenga
oídos, que oiga.

 

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