¡Gracias Venezuela!
Adolfo P. Salgueiro
Lo que soy y lo que tengo se lo debo a esta tierra y a su sociedad amable
Cada lustro mi columna lleva este título. Ello se debe a que hoy se cumplen treinta y cinco años de mi llegada a Venezuela en hora difícil para mi existencia personal y aciaga para mi Argentina natal. Mas de la mitad de mi vida ha transcurrido pues en esta bendita tierra. Por eso es que lo mío es la Vinotinto, la reina pepiada, la playa, las bellas mujeres (mirarlas nomás¿) los panas, la política, la academia y todo lo que me hace sentir orgulloso, preocupado, feliz o decepcionado en esta patria sin abjurar del vínculo con la de origen donde permanecen las cenizas de mis padres y los recuerdos de mi juventud.
Lo que soy y lo que tengo se lo debo a Venezuela que me brindó el regalo de una sociedad abierta y permeable que permitió dar frutos a un esfuerzo personal que no fue poco.
En cada ámbito de mi accionar apareció un venezolano que me tendió la mano. Francisco Palma me consiguió un empleo temporal donde comenzar, Isaac Levine me dio trabajo en sus empresas hasta que pude independizarme, Efraín Schacht Aristeguieta me presentó a "El Universal" desde donde puedo opinar y ayudar a formar opinión, Enrique Tejera París apadrinó mis años de militancia política, la UCAB me ofreció el camino que aún recorro enseñando derecho internacional a generaciones de abogados, la UCV sus postgrados en los que sigo ofreciendo mis mejores reflexiones académicas.
En esos caminos se forjó una vida integrada con esta patria que es de todos nosotros los venezolanos y de los extranjeros que en ella viven, sin exclusiones. Aquí vi crecer cuatro hijos venezolanos, todos universitarios que junto con cuatro hijos políticos también venezolanos me dieron siete nietos igualmente criollos. Todo ello arropado por la ejemplar y vertical figura de mi esposa Leonor -de pura cepa andina- sin quien nada de esto hubiese sido posible ni hubiese tenido sentido.
Desde mi "Gracias Venezuela" del 2002 en mi criterio las cosas en Venezuela han cambiado para peor. Eso ha incidido para que a este "modesto argentino" (suponiendo que ello no sea una "contradictio in terminis") le haya caído -sin buscarla- la privilegiada tribuna mediática donde con frecuencia me invitan a opinar. Dejo constancia que -hasta ahora- nadie me ha puesto límites ni sugerencias. Venezuela todavía es generosa conmigo .
Hoy día, habiendo representado a Venezuela en eventos políticos y académicos nacionales e internacionales reconozco que jamás fui objeto de prejuicio alguno por mi acento ni origen. En cada ocasión me sentí orgulloso de sentarme detrás del nombre de Venezuela cuya condición de paradigma de democracia era una constante.
Hoy día estoy muy disconforme con el rumbo que lleva mi patria pero lo veo como una crisis de crecimiento que tras esta etapa de acné devenirá en una sociedad mas madura y consciente de los valores de la democracia pero también de la solidaridad. Yo, desde mi trinchera, hago lo mejor que puedo para que las cosas mejoren. Por eso es que me quedo en Venezuela hasta que la Providencia lo disponga. Ya tengo comprado y pagado mi hueco en La Guairita para descansar aquí.
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