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lunes, 11 de enero de 2016

Van bien, no pierdan el foco VenEconomía.com

Van bien, no pierdan el foco
Desde el 5 de enero de 2016, con la instalación de una nueva Asamblea Nacional de mayoritaria vocación democrática, se comenzó a hacer tangible el giro que restablecerá la institucionalidad democrática en Venezuela.
Como es público y notorio no fue tarea fácil, para quienes piden cambio de un modelo fracasado en lo político, económico y social, llegar a este 5 de enero con éxito. Desde esa trinchera se tuvo que ejercer fuertes presiones nacionales e internacionales para salvar los múltiples escollos impuestos por los totalitarios al mando de la nación. Se tuvo que sortear el retardo del CNE para fijar la fecha de las elecciones, lograr que los actores políticos de la contienda respetaran las reglas del juego electoral, combatir arbitrariedades y la agresión oficial, equilibrar intereses y llegar a consensos dentro del abanico de partidos que integran la Mesa de la Unidad, lograr un mensaje y un objetivo común creíble, incluso hasta vencer el miedo que se le había inyectado a los electores.
Así se llegó al victorioso 6 de diciembre cuando una mezcla de cansancio de la población por el colapso de la economía, la descomposición social y la ingente inseguridad y el trabajo de un sector opositor unido con el objetivo de un cambio, dio poder calificado de dos tercios con 112 diputados en el Legislativo Nacional. 
Una mayoría parlamentaria que, contra viento y marea y luego de 16 años, fue juramentada en presencia de invitados internacionales de trayectoria democrática, como el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, congresistas de la región, un sector de la sociedad civil venezolana y periodistas de medios de comunicación nacionales e internacionales, que desde hace años no tenían acceso al Hemiciclo.
Una bancada parlamentaria que logró el consenso para establecer las normas para nombrar la Directiva de la Asamblea Nacional, que está encabezada por Henry Ramos Allup, un civil, un político que despierta polémica, pero que está curtido por años de ejercicio parlamentario, de afilado discurso y desparpajo para enfrentar el poder hegemónico de la dupla compuesta por Nicolás Maduro-Diosdado Cabello.
Esta nueva Asamblea Nacional ha evidenciado desde el mismo día de su proclamación que será un hueso duro de roer aún para aquellos que han tenido al país bajo su puño, con el secuestro de todos los poderes públicos. Desde el primer día en funciones esta Asamblea ha dado indicios de que no se doblegará y como lo anunció en su discurso de instalación Ramos Allup, cumplirá con su promesa de rescatar la autonomía del Parlamento y restablecer las funciones de legislar, vigilar, controlar y pedir cuentas al resto de los poderes públicos que le asigna la Constitución. Van a legislar, no a delegar. No concederán más leyes habilitantes inútiles. No serán un contrapoder, sino un poder auténtico, sin subordinación ni “trastienda del poder Ejecutivo” como lo ha venido siendo el parlamento dominado por el oficialismo. 
Desde este 5E el Palacio Legislativo es nuevamente un Hemiciclo donde habrá libertad de opinar y respeto a las opiniones discrepantes o divergentes o no concordantes, como afirmó Ramos Allup. Una libertad que fue confiscada desde hace más de una década por el oficialismo.
Desde allí promulgará no solo la prometida Ley de Amnistía para presos y exiliados políticos, que este lunes se introduce para su discusión y aprobación, sino otras de vital importancia para rescatar al país del foso en el que se le hundió. Además de estar revisando leyes y decretos apresurados y extemporáneos que han vulnerado la independencia del Tribunal Supremo de Justicia. 
Desde la tribuna, los ciudadanos observan por primera vez desde hace muchos años, a unos parlamentarios que están actuando consensuadamente, asesorados por juristas, abogados constitucionalistas, economistas, grupos de estudio y ONG conocedoras de los temas de importancia nacional a debatir en el Hemiciclo.
Apenas avanzan desde el kilómetro cero. Este es apenas el comienzo de un largo y tortuoso camino que les espera a estos 112 venezolanos, pero aunque la raíz de los males del país está viva, las primeras actuaciones indican que van bien encaminados, salvo algunas cuestiones de forma que han causado alguna polémica, como lo fue la llamada ¨guerra de los retratos¨. 
Que no pierdan el foco: rescatar al país de un comunismo obsoleto y periclitado, por la vía constitucional, democrática, pacífica y electoral.
Como dijo Ramos Allup “Estos compromisos no son transables”. 
VenEconomía desea a sus lectores y oyentes que 2016 sea un año de paz y productividad, en el que se inicie la recuperación económica y del sistema democrático de Venezuela.
Editores de VenEconomía



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