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miércoles, 6 de mayo de 2015

#Venezuela: El éxodo en cuatro escalones @ejrl

La triste realidad de Venezuela es que pronto no quedara nadie para levantar el pais...

El éxodo en cuatro escalones

Elides Rojas

6 de mayo 2015, El Universal 


Uno
de los temas más preocupantes de la Venezuela contemporánea es
justamente la huida que se está produciendo desde hace varios años, con
mucha fuerza desde el 2013 para acá, en todos los niveles sociales. Hay
encuestas que señalan que más o menos el 30% de los venezolanos
quisieran salir corriendo, siempre y cuando puedan, de esta cosa que
llaman revolución socialista bolivariana. Y no es cuento.
 
Prácticamente
las clases altas tienen un pie afuera y otro dentro desde hace mucho
tiempo. Apartamento en Nueva York, Miami, París o Madrid, pero casa en
Caracas, Maracaibo o Barquisimeto. Y, claro, todavía algunos negocios
locales en medio del país de los controles y la persecución. Pero es lo
que hay. Lo grande está afuera a buen resguardo. Empresas con casa
matriz en Venezuela pero con sucursales mucho más grandes y productivas
que la original nacida en tiempos de seguridad jurídica y confianza en
el país.



Hay también muchos casos en los que el desprendimiento
fue total. Si acaso quedó un apartamento por ahí para cuando la familia
viene a Caracas. Gente con suficiente capital o con una buena
experiencia profesional, pues fundó empresas fuera y listo. Ahora esos
empleos son de Colombia o Panamá. Hasta de Costa Rica. Nunca de la
Venezuela comunista e improductiva. En el área petrolera, de la
ingeniería, de la medicina y hasta en educación es donde la huida ha
pegado más duro. Al país, pues a la gente que ha tomado la decisión no
le ha ido mal. Y como están las cosas en la tierra sucesora de las
políticas de los Castro, no parece que el futuro comience a mostrar
dientes y carcajadas en mucho tiempo. Tenemos recopiladas algunas
conversaciones, recientes y más viejas, de por qué muchos paisanos
decidieron arrancar y dejar las colas por harina y desodorante atrás.



Escalón 1. "Tengo
64 años. Soy médico y judío. Amo a Venezuela. Aquí crecí, me hice
médico en la UCV, aquí me casé. Esposa e hijos caraqueños. Todo bien.
Profesionalmente hecho y con excelente credibilidad entre los pacientes.
Pero, dos secuestros son demasiado. Peligro de muerte, angustia,
impunidad y además te quitan el producto de tu trabajo sin miedo a nada.
Nos fuimos a Miami hace tres años. Apenas queda una hija que está
terminado sus trámites para dejar Venezuela en los próximos meses. Es
doloroso, pero ya no es posible vivir allá".



Escalón 2. "Ahora
tengo 53 años, pero nos fuimos de Venezuela hace cinco años. Nos
expropiaron la empresa en el Sur del Lago y nos quebraron. Creamos otra
compañía y trabajamos en el sector petrolero de Colombia. Y no es que en
Colombia las cosas sean fáciles. Pero ocurre que son normales. Trabajas
duro, inviertes, tienes rentabilidad, vives, educas a tus hijos,
viajas, compras dólares o euros en cualquier banco y, sin duda, hay
viabilidad y futuro. Sigo siendo venezolano, pero nuestra empresa con 82
empleados es colombiana".



Escalón 3. Tengo 25 años.
Acabo de terminar una maestría y no tengo ni trabajo ni posibilidades de
trabajar a corto plazo. Así que me voy a España donde están mis tías,
hago un postgrado y por allá mismo me ubico laboralmente. Cuidado si
hasta me caso. Al final, luego de crecer en Las Acacias en Caracas,
terminaré española. No tengo más remedio. No voy a trabajar en algo
distinto a lo que estudié y menos para ganar 2 dólares diarios".



Escalón 4.
"Yo me voy en agosto. Aquí no tengo nada. Ni tendré nada. Para lavar
carros y vivir en El Guarataro y que cada día que subo a la casa tenga
que pagar a los caciques del barrio el peaje de vida, prefiero hacerlo
en Panamá donde ya mi hermano tiene un tarantín de comida criolla".



Lo de Cuba fue más rápido. En Venezuela ha sido por gotas.



erojas@eluniversal.com
Twitter: @ejrl


El éxodo en cuatro escalones - Opinión

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