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miércoles, 23 de febrero de 2011

La máquina chavista de fabricar mentiras trabaja horas extras - Sobre la marcha - EL UNIVERSAL

La máquina chavista de fabricar mentiras trabaja horas extras

19.02.2011
03:12 PM

El gobierno revolucionario, la gran estafa militar, el llamado proceso justiciero, no es otra cosa que la mayor máquina constructora de mentiras que jamás alguien haya podido diseñar. Ni siquiera Fidel y su Cuba podrida la igualan. Aunque hay que admitir que el experimentado criminal caribeño, junto al otro asesino que lleva su misma sangre, tienen muchísimo que ver con la máquina cobera chavista, la versión criolla.

Es todo un aparato gigante, que ha contado con la sapiencia cubana, para engañar, robar, asaltar y modelar imágenes, obras, estructuras, sistemas, historias y hasta vidas. Basta ver la realidad y contrastarla con el inmenso pajero que suelta micomandantepresidente todos los días y, más atrás, los delfines del acuario saltando a la señal del amo. Y no se trata de que el simulacro de la interpelación de la Asamblea esté dejando al descubierto la inmensa estafa que desarrolla de manera continuada el chavismo militar en contra del país y de las posibilidades de mejorar su calidad de vida para la gran mayoría de los venezolanos. No. Esto se sabe y desde hace tiempo. Lo que ocurre es que el poderío mediático del gobierno, aun en medio de las más grandes incapacidades y torpezas individuales, en su conjunto es una maquinaria muy bien aceitada para mentir y para desviar la realidad. Muy fuerte, bien montada, a veces mal gerenciada, muy costosa, pero en promedio muy eficaz.



Esa estructura comunicacional simula ser democrática porque es parte de la estrategia de los cubanos para el chavismo. La fama de cruel dictadura, de tiranía, de asesino y abusador que tienen los hermanos Castro, no es posible que arrope también a micomandantepresidente. Para eso él paga. Y paga bien. Es muy importante que todo el fraude se desarrolle en medio de una supuesta democracia. Con elecciones y demás, pero eso es también parte del gran fraude. Ya se vio como perdiendo las elecciones de septiembre, según su maquinaria embustera, más bien las ganó. Así funciona la máquina. Ya los chavistas, incluyendo al perfecto sabio, sabían que iban a peder desde el punto de vista electoral. Hicieron sus propias encuestas y compraron todas las mediciones que pudieron. Pero previamente, a pesar de las advertencias de analistas, periodistas y algunos políticos de oposición, reformaron la ley para hacer la trampa legislativa. Limpia y pura. A prueba de denuncias internacionales. Esa es su ley interna, ahí no nos metemos. Está bien. Después entra el resto de la maquinaria roja, comenzando por el jefe de la banda, a terminar de tocar la pieza y moldear la coba. Es que ganamos. 94 es más que 65, 100 es más que 50 y 200 es más que 20. Escuálidos, brutos, dientones, borrachos, comemocos. Es que no saben ni sumar. Y ahí muere eso.


Pero queda la convicción, que es una realidad, que el chavismo ya no es mayoría y eso para Chávez es mortal. Tanto así que si por algo pierde el jijijijijiji que suelta a cada rato es con esa realidad numérica. Los números lo tienen loco, diría su carnal Diosdado


Ahora mismo la maquina de mentiras está en pleno funcionamiento. A millón. Con sobre tiempo, prolongación de jornada y trajín diario. Y es que lo números siguen sin dar. Chávez pierde terreno y popularidad. por cobero e ineficiente. De allí esta loquetera diaria de medios alborotados, propaganda, promesas, cadenas, misiones nuevas, más deudas, más plata para la calle y más mentiras.


Su estrategia, esta vez, es suicida. Más mentiras sobre sus viejas mentiras. Más esperanzas sobre esperanzas rotas. Ya hasta llegó a prometer certificados de casas que jamás se harán. Más cobas, pues.


Como dicen los chinos, sin casas no hay lopa.

Twitter: @ejrl

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