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jueves, 6 de diciembre de 2007

Buhoneros del dólar

Buhoneros del dólar

EXPEDIENTE

Caracas, domingo 02 de diciembre, 2007
Nacional y Política

Cadivi es una industria. En el preludio de los bolívares fuertes, la gente viaja para revender dólares. Lejos de las aceras, el control cambiario ha seducido otra cadena de economía informal. Por Joseph Poliszuk

SECRETO A VOCES No quedan pasajes a Panamá, tampoco a Curazao y Aruba. Ahora hay más vuelos al exterior hasta en aviones fletados. Los bancos del estado Táchira restringieron los retiros de dinero desde Colombia. La Comisión de Administración de Divisas, Cadivi, añade la equis que despeja la ecuación: el consumo de ciudadanos que viajaron al exterior aumentó 189% en lo que va de año.

La gente está buscando dólares, van y vienen tras las divisas. Los llaman hasta nuevos buhoneros. Los 1,2 millardos de billetes verdes que los venezolanos facturaron en el exterior durante 2006 se triplicaron a más de 3,5 en un año. Y si las cifras no hablan solas, en las agencias de viajes, los aeropuertos y hoteles foráneos confirman lo que ya es una noticia más que conocida: un sector de la población está viajando para aprovechar o hasta negociar la asignación de dólares que el Gobierno garantiza fuera de nuestras fronteras.

"El aumento ha sido enorme, más de 50% de las habitaciones del Hotel Roma de Panamá -por ejemplo- están reservadas a venezolanos". Desde esas instalaciones, Adolfo Doval advierte vía electrónica que el frenesí por el mercado negro ha llegado hasta el Caribe: "Nosotros mismos nos encargamos de hacer las transacciones, son legales y benefician a los que tienen ese cupo".

Algunas de las operaciones "se triangulan con la zona franca del Canal". Se trata de "un secreto a voces bien conocido en Panamá". Pero también en Willemstad, Oranjestad, Miami, Cartagena, Bogotá, Quito, Lima y Puerto España...

Un contingente de venezolanos está embarcando aviones para buscar puntos de venta que permitan raspar los 5.000 dólares que el Estado limita a cada ciudadano que viaja al exterior. Se trata de un boom que Tatiana De Sousa empezó a notar desde septiembre en la sucursal de Viajes Madrid que atiende en la avenida Urdaneta.

Un tropel de nuevos clientes de repente descubrió que un dólar negro casi triplica los 2.150 bolívares que tasan las cifras oficiales, así empezó a llenarse esa y otras agencias de viajes. Los boletos de 450.000 bolívares a Panamá aumentaron un millón más. Los vuelos que empezaban en un mes y terminaban el siguiente se convirtieron en tesoros que permiten sacar dos veces los 500 dólares en efectivo que el Gobierno autoriza cada 30 días en el extranjero. Hubo hasta quienes sacaron tarjetas de crédito a abuelos o empleados para incluirlos en una red que compra y vende cupos de Cadivi entre 4 y 6 millones de bolívares.

"En agosto llegó un señor con la esposa y me dijo: 'Necesito que me la mande para donde sea'", comenta Naidaly Cohen desde la agencia Italviajes de la parroquia Candelaria, donde hablan de escasez pero de pasajes: "Mis compañeros dicen que en diciembre vamos a tener que sacar las computadoras y vender pan de jamón".

Sólo en septiembre, el sector aeronáutico facturó 103 millones de dólares en boletos al exterior, más del doble de las ventas registradas en el mismo período del año pasado. Los reportes de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional proyectan que el país cerrará 2007 con un movimiento de 1 millardo de dólares en pasajes internacionales. Por eso no quedan viajes a Panamá hasta el 20 de enero. "¿Cómo puede crecer un mercado en 100% y no colapsar?", pregunta el presidente de la Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo, Fernando La Riva.

Bitácora de viaje

Comerciar con monedas extranjeras es delito en Venezuela, pero "Mister Dólar", "Buscando marañas" y "Viva el control" son algunos de los seudónimos que publican en Internet una bitácora de vuelo que llega a varios de los puntos de venta que permiten adquirir el cupo de 5.000 dólares, a cambio de una comisión que va de 15% a 30%.

Nadie da nombres pero bajo el anonimato, muchos reconocen que Cadivi abrió un nicho de mercado. "Compro cupo de viajero a 4.500.000 bolívares, doy factura y pago de un día para otro", dice "OG" en foroscadivi.com, una de las páginas web que entre bits y protocolos informáticos da cuenta de la red de personas que viven o se rebuscan del control cambiario.

Tras las trincheras de los buhoneros hay una cadena que articula mayoristas, prestamistas, carretilleros, depositarios, patronos y empleados. Cadivi también creó una cola de trabajos. El mejor ejemplo está en las 11 sucursales de la Casa de Cambio Angulo-López, en las que 25 personas están dedicadas a procesar las remesas que muchos de sus clientes no logran tramitar en la Comisión de Administración de Divisas, cuya plataforma electrónica ha ido colapsando desde mediados de año.

Hay más. Desde Internet, "OG" da un número telefónico por el que muestran la cara de una empresa con sede en Valencia que, según dicen, "tiene 100 personas que recogen tarjetas de crédito en todo el país".

La demanda de divisas ha fomentado hasta gestores de servicios públicos. "¿Amigo, tienes problemas con tu cita para el pasaporte? Envíame un email", escribió alguien que el pasado 20 de octubre participó en uno de los foros del portal electrónico de la CANTV que también toca el tema.

Estamos frente a una nueva economía informal. Isabel Pereira, socióloga del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico, cree que "las disparidades financieras están generando oportunidades que corresponden al rebusque del venezolano".

Nuevos oficios

Segura de que "una de las características más importantes de la economía informal es su flexibilidad y capacidad de interpretar el mercado", la coordinadora de la Unidad de Análisis y Políticas Públicas de la Economía Informal del Cedice menciona una lista de nuevos oficios legales e ilegales que van desde las Misiones del Gobierno hasta el tráfico de gasolina que hay entre Táchira y la frontera colombiana.

Pereira conoce jóvenes cuyo trabajo es viajar y gente que prestó sus nombres para comprar bonos de la deuda pública a cambio de 1 millón de bolívares. Quisiera que nadie se dedicara a esa clase de negocios pero es una realidad y por eso sentencia que el Gobierno ha fomentado "una nueva forma de corrupción que estimula la cultura rentista". A su juicio, la buhonería, las misiones o los negocios que hay tras las regulaciones financieras responden a la misma causa: un mercado laboral inestable que no mejorará con la radicalización del control cambiario.

El artículo 8 de la Ley de Ilícitos Cambiarios advierte que "quien destine las divisas lícitamente para fines distintos a los que motivaron su solicitud, será sancionado con prisión de tres a siete años y multa del doble del equivalente en bolívares de la operación cambiaria". El mercado paralelo, sin embargo, es una realidad, lo dice el ex director del Banco Central de Venezuela Domingo Maza Zavala.

El control cambiario fue decretado en febrero de 2003 como una reacción para evitar la fuga de capitales. Era una decisión similar a las regulaciones que empezaron en 1960, 1983 y 1994. La experiencia de dirigir el último permite a Maza Zavala advertir que el mercado paralelo está calculado entre 10% y 15% de las divisas autorizadas.

Hasta el lunes, Cadivi había aprobado 36,8 millardos de dólares en lo que va de año. Los cálculos de Maza Zavala retratan un mercado controlado de 40 millardos anuales con una fuga de entre 4 y 6 millardos. "Aunque parezca poco en términos relativos, es bastante", sobre todo porque está convencido de que la cifra es un motor que crea efectos psicológicos e inflacionarios: "Cuando los importadores calculan el costo de reposición de los inventarios aplican la tasa paralela".

Cadivi abrió una averiguación a 7.400 usuarios. Aunque hace tres semanas se solicitaron luces sobre el tema, nadie precisó qué pasará con los tarjetahabientes que registraron transacciones en el extranjero sin haber viajado.

Este, sin embargo, es apenas la punta de un iceberg, la cara de un mercado en el que hay mucho más que las ventas de los llamados cupos viajeros o de Internet. En marzo de 2005, Cadivi anunció que investigaría siete "empresas de maletín". Un operador cambiario advierte que la verdadera fuga de capitales está en compañías foráneas, páginas web y cuentas bancarias que fueron creadas únicamente para adquirir dólares a 2.150.

jpoliszuk@eluniversal.com

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